Una caminata de seis días en la Cordillera del Vilcanota, en el “Camino del Apu Ausangate”, a las faldas de la montaña sagrada más alta de la región de Cusco. El “Apu” es el portador de la vida y el guardián de uno de los más prístinos ecosistemas del mundo.
Los pastores de la comunidad de Chillca orgullosamente comparten con nosotros su tierra y su mundo inspirador, ellos proveerán las llamas y los caballos que acompañan la caminata, cargando los equipajes y dando el soporte logístico a nuestra expedición.
Durante la caminata y en los “Tambos” (albergues de montaña) nuestros cocineros preparan diariamente los alimentos los que incluyen una extensa variedad de productos andinos. Algunas noches el silencio de las montañas es quebrado por la música tradicional presentada en los “tambos” por los comuneros.
Salida temprano en la mañana, en un interesante viaje en bus a lo largo del fértil valle de Vilcanota, rumbo a Checacupe. Después de la visita del templo colonial ascendemos el valle de Pitumarca, siguiendo el espectacular cañón de Japura que conduce a Chillca, donde seremos recibidos por la comunidad. Desde allí sólo es una breve caminata hasta el primer “tambo”. Llegando al albergue tendremos tiempo para relajarnos y disfrutar la música ofrecida por la gente del lugar.
Después del desayuno iniciamos el ascenso hacia la laguna Yanacocha, acompañados por nuestro guía especializado, luego de 2 horas y media de caminata, llegamos a las lagunas. Luego del picnic lunch, empezamos el retorno hacia el albergue por el camino de los miradores, donde se tiene espectaculares vistas de la cordillera, llegaremos al albergue a tiempo para tomar una ducha caliente y disfrutar de una deliciosa cena.
Nuestra caminata empieza en el amplio valle de Pampa Uyuni que permite hermosas vistas a los majestuosos glaciares encima de la llanura. El camino se hace más estrecho mientras nos acercamos a las cascadas que descienden de la montaña Santa Catalina. Este camino está mayormente frecuentado por las abundantes llamas de esta región, y una vez que llegamos a la pequeña laguna de Paloma, todo el paisaje será regado de “camélidos andinos” (llamas y alpacas). Pasando una segunda laguna y cruzando una larga serie de morrenas, se llega a Machuracay Tambo, localizado directamente al pie del Apu Ausangate.
Nuestro albergue de Machuracay fue construido justo en la base del nevado Ausangate, y es probablemente el más alto en el mundo. Este día, iniciaremos nuestro recorrido con dirección a las bases de las montañas Ausangate y Mariposa. Para esta caminata, no es necesario tener experiencia escalando o equipo de nieve; pero aun así tendremos la oportunidad de disfrutar de la frescura de la nieve andina. Después del almuerzo caminaremos un par de horas de retorno a Machuracay Tambo.
Después de un exigente ascenso hasta el paso de Palomani con una altura de 5.200 m. / 17.000 ft., descenderemos a Ausangatecocha. Las impresionantes vistas de la cara sur del glaciar, «Apu», nos inspirarán a medida que continuamos hacia las formaciones de arenisca roja del «Nevado del Inca». Pasaremos la noche en Anantapata Tambo.
Una de las partes más espectaculares del camino nos conduce hacia Vinicunca, un escenario montañoso multicolor con estratos rojos, amarillos, ocre, gris y azul, entre otros, este trecho ofrece excelentes oportunidades para estudiar las maravillas geológicas y para admirar la belleza única de los paisajes. También es el lugar ideal para observar grupos de graciosas “Vicuñas” silvestres que se encuentran frecuentemente en estos parajes aislados. Rodeados por extrañas formaciones rocosas, pasaremos la noche en el Huampococha Tambo, cerca de la laguna del mismo nombre, donde usualmente anidan parejas de “Huallatas” (gansos andinos).
Después de un último y breve ascenso al paso de Anta, empezaremos gradualmente nuestra bajada. Pronto aparecerán las primeras casas y campos cultivados. El paisaje cambia rápidamente y a las rojas formaciones areniscas siguen montañas erosionadas de calizas que forman un bosque único de piedra, el hábitat ideal para las tímidas “Viscachas” (de la familia de las chinchillas). A la hora que llegamos nuevamente al valle de Pitumarca, nuestro bus nos estará esperando para el viaje de regreso al Cusco.